Historia del graffiti en Estados Unidos (III): Supervivencia

A mitad de los ochenta nos encontramos ante un periodo que se podría llamar “fase de supervivencia”. Cuando todo parece perdido con la MTA como dueña de la situación, cuando tags, throw ups y demás elementos empiezan a escasear, aparece el nuevo héroe de la historia que rescatará al graffiti de esta oscura trampa. La explosión del movimiento Hip-Hop que reaviva la llama de la neoyorkina cultura del writing. Esto anima de nuevo a los adolescentes. Todos quieren ser b-boys (seguidores del hip hop). Los writers (escritores) acompañados ahora por los breakers (bailarines de breakdance) y los Mc’s (cantantes de rap), están otra vez en la cumbre.
Desde la Costa Oeste (California) llegan las noticias de la facilidad para pintar trenes de mercancías, lo que animará a muchos escritores a coger sus latas de pintura.También fomenta este resurgir del writing el acto de que la MTA empiece a retirar vagones averiados (trash trains) a cocheras para chatarra en Brooklyn, lo que ayuda a los apasionados del metro a volver a la carga impulsados por la esperanza de revivir los viejos y mejores tiempos, o por el hecho de tener una foto con su pieza en un vagón de metro neoyorkino.
Un factor común en todos los escritores es la competición que existía por la búsqueda de captar la atención de los que usaban el metro y también de los escritores rivales. De este modo se desarrollaron nuevos recursos que intentarán impresionar por su originalidad o por su cantidad para resaltar sobre el resto. El graffiti evolucionaría de forma inconsciente en poco tiempo. Hoy se relata la historia del metro neoyorquino dedicando un capítulo a sus pintadas que ya forman parte de él .